lunes, 28 de abril de 2008

Hola.

Es curioso, esta mañana caminando por la facultad me he cruzado con una mujer que no conocía de nada. Y le he saludado.

Su cara de sorpresa ha sido evidente, casi tanto como la mía, por que de hecho me he ido preguntándome porque lo había hecho.

Esta noche, por la calle de vuelta a casa, una mujer que no conocía me ha saludado.

Esta vez la sorpresa ha sido doble. Y me pregunto ¿Acaso me habré hecho amigo de las mujeres desconocidas? Que experiencia tan extraña.

3 comentarios:

ariadna dijo...

yo creo que es más simple: el mundo te devuelve lo que le das :)

jlx dijo...

Así sera, peroo...

En ese caso, o bien me debe mucho, o es que me he portado muy mal con el.

Un Josep-petó ;)

Inma Cañete dijo...

Seguro que lo han hecho porque había algo de especial en tu presencia, algo que los otros perciben y se lanzan a saludarte.