martes, 19 de febrero de 2008

Recuerdos.

Los recuerdos son como un mal casero que cada cierto tiempo te arranca su paga. Tienen la virtud de la paciencia y saben como nadie esperar su momento para volver a visitarte. En este caso volvieron como una carpeta cubierta polvo y tiempo.

Cuando buscas, a veces encuentras lo que no quieres ver.

En fin, lo dejaremos ahí, hasta la próxima visita.

lunes, 18 de febrero de 2008

La bailarina.

Aunque la entrada tiene titulo de novela de Agatha Christie, la cosa nada tiene que ver. Navegando por la inmensa red me he encontrado con la siguiente imagen.


¿Que ves?

Según dicen si ves a la "bailarina" girando en el sentido de las agujas del reloj, tienes un cerebro de artista. Mas dedicado hacia las sensaciones y los sentimientos, hacia la música y la literatura. Entonces usas mas tu hemisferio derecho. Sin embargo, si la ves girando en el sentido contrario a las agujas del reloj, tu hemisferio dominante es el izquierdo, mas calculador y esquemático, mas dedicado a la resolución de problemas.

Bien, de acuerdo, yo la veo girando en sentido contrario a las agujas de reloj, en consecuencia mi hemisferio dominante es el izquierdo, el calculador. Que sorpresa, soy físico y no me había dado cuenta. El resultado era previsible.

Lo que no me acabo de creer es que alguien la vea girando en el sentido contrario. Aun sigo siendo físico, y lo que no veo, pues no me lo creo. Aunque mas bien en este caso es ¿Porque no la puedo ver girar en el otro sentido?

Por favor ¿En que sentido estáis viendo "bailar" a la muchacha?



P.S: Mientras acababa de escribir la entrada, la he visto bailar en el sentido de las agujas del reloj. Ergo mi hemisferio derecho aun vive, un poco axfisiado por el yugo de mi frió y calculador hemi-izquierdo, pero aun sigue ahí.

viernes, 15 de febrero de 2008

El cielo.

Hoy el cielo me ha dedicado una gota.


Caminando por la calle he notado un golpecito en la cabeza. He mirado hacia arriba y me ha dicho.

-Te la dedico.-Mientras me guiñaba un ojo.
-Como si no lo hubieras hecho antes.- He pensado y de hecho he seguido caminando.



Esta canción es simplemente magnifica. La chica que canta haciendo la colaboración es Nina Persson de "The Cardigans"

jueves, 14 de febrero de 2008

San Valientin.

Lo se, pertenezco a ese grupo de inadaptados que aborrecen San Valentin, y puede que lo que vaya a decir no sea mas que una repetición de lo que podemos oír en muchos sitios.

Que me corrijan si me equivoco, pero me parece que jamas he regalado nada por este día. Que poco romántico pensareis, y quizás tengáis razón. Pero en mi opinión, no es necesario declarar un día como día del amor. Seria una lastima que el resto del año no nos acordásemos de que es eso que hace que la sangre sea caliente.

Pienso, y sigo pensando, que cualquier otro día es tan bueno como para la celebración, pero que sin embargo no debe pasar uno sin que lo demuestres. Es decir no es necesaria un pulsera de brillantes, unos pendientes de oro, ni siquiera un ramo de trece rosas rojas, para demostrar el amor, pero ten seguridad que te cuidare en la enfermedad, te acompañare en la soledad, seré tu apoyo en los momentos difíciles, y te echare de menos cuando no estés. Esto no vendra un 14 de febrero pero sera entonces cuando celebre San Valentin.

Ahora bien, si quieres celebrarlo hoy. Adelante. Hoy es un dia como otro cualquiera para poder hacerlo. No te reprimas.

Feliz San Valientin

miércoles, 6 de febrero de 2008

Tránsitos (VI)

Nadie.

¿Donde estaban los contrincantes de tan fogosa batalla? No me lo podía creer, otra vez se había desvanecido como si fuera un sueño, como si no hubiera ocurrido.

Estaba tan sorprendido, que deshice mis pasos con la misma celeridad con la que había huido. Examine el anden dando vueltas sobre mi mismo, descubriendo que en la nada solo se encuentra la nada misma. Que aquellos metros de piedra estaban tan vacíos que ni yo mismo parecía ser algo.

Suponiendo que pudieran haber escapado corriendo me dedique a escrutar el horizonte. Allí vi las barreras, aun echadas, esperando por la llave que tanto llevo buscando. Me gire en sentido contrario, viendo que la nada a lo lejos es tan grande como la mas cercana, porque allá solo encontré nada.

Aun no convencido del fin de mi inspección aun me iba a girar hacia las vias del tren, cuando note un tirón de la manga de mi chaqueta. Decidido me gire esperando una nueva sorpresa, sin embargo, otra vez nada.

Un nuevo tirón me hizo ver que el fin de mis búsqueda se encontraba mas abajo, tirando de mi manga, reclamando mi atención, esperándome con una preciosa sonrisa.

-Hola.

Una niña, preciosa, de piel fina como el ala de una mariposa, con los ojos del azul del mar en un día soleado. Rubia, hasta pensar que su pelo había perdido el color, y con un pelo liso, que mas se hacia parecer a un sauce llorón mecido por la brisa.

-Hola. ¿Quien eres?

Me volvió a preguntar con la bravura de la infancia.

-¿Y tu?¿Donde vas con ese ramo de flores?

La tranquilidad que emanaba aquella chiquilla provoco una curiosidad inusitada en mi, por ello me fije en aquel ramillete de margaritas que llevaba en las manos.

-Son para mama, las hemos cogido papa y yo, porque a ella le gustan mucho. ¿Porque estas aquí solo?

Parecía que a ella le había causado la misma curiosidad, que ella había producido en mi.

-Miras igual que mi papa.

Me dijo, antes de que pudiera contestarle a la pregunta anterior. Sentándome en el suelo, y cruzando mis piernas, le hice un gesto para que se sentase delante de mi.

Asi lo hizo. Entonces le conteste.

-Entonces ¿piensas que tengo la misma mirada que tu padre?
-La misma, la misma. No. Creo que algo parecida. A lo mejor la tuya tiene mas arrugas aquí.

Mientras me señalaba con un pequeño dedo inquisidor el espacio entre mis cejas.

La verdad es que la párvula destilaba un verbo fácil, y la conversación con ella era de todo menos tediosa. En el corto espacio de tiempo en que compartimos palabras le dio tiempo a contarme lo bien que lo pasaba los sábados por la mañana compartiendo desayuno y cama con sus progenitores. Lo mucho que le gustaban las gominolas, especialmente aquellas que sabían a regaliz. Me canto con armonía talentosa una tan pequeña como tan bonita canción sobre como solo se puede respirar para alguien.

Tantas cosas, que aquellos minutos parecieron años, casi una vida.

-Me tengo que ir.

Me dijo de improviso.

-¿Ya?
-Si, si no a lo mejor mis papas se preocupan.
-En ese caso, debes irte. No debemos dejar que tus padres se preocupen por su niña.

Así, y con una sonrisa, se levanto y me dio la espalda. Comenzó a andar, no sin cierta prisa, pero cuando apenas llevaba un par de pasos dados se volvió. Y me pregunto.

-¿Cuando nos volveremos a ver?¿Mañana?
-No, me parece que no. Mañana no. Quizás otro día.
-Vale, pero que no se te olvide.
-No te preocupes, seguro que no se me olvidara.

Sabiendo que solo la segunda vez no había mentido, la vi alejarse y entrar en la estación por la puerta que antes me había negado la entrada.

Y allí estuve. Sentado durante un largo espacio de tiempo. Disfrutando del sosiego que aquella visita me había dejado, descubriendo que el peso sobre mis hombros era menor ahora mismo. Por ello deje a mi espalda caer hasta el suelo, de la misma forma que deje a mis parpados velar mis ojos, de la misma forma que mi cuerpo caer en el sueño.